domingo, 31 de agosto de 2014

Sukhotai, arqueología ciclable

Una de las ventajas de la llanura central de Tailandia es que es plana como una mano, lo que permite llenarla de miles de hectáreas de arroz, del que este país es el principal exportador mundial junto con Vietnam.
Una desventaja, que, como por desgracia sucedió durante mi viaje, las inundaciones son fatales en este territorio.
Y una gran ventaja es que, por muy mala forma física que tengas, no puedes dejar de coger una bici en alguna ocasión, como, por ejemplo, para recorrer el impresionante parque arqueológico de Sukhotai, patrimonio mundial de la Humanidad.




Uno de los senderos (no ciclable) dentro del bosque

La ruta puede empezar perfectamente en Nueva Sukhothai, la ciudad que esta a unos 12kms de las ruinas y que es un estupendo sitio para alojarte por un precio mucho más económico que en el sitio arqueológico y con una variedad de comidas interesante.
Una vez allí hay varios alojamientos que ofertan bicis gratuitamente para recorrer la zona. No esperéis ningun modelo flamante, pero sí unas bicis aceptables para cubrir la distancia hasta las ruinas.

Fijarse bien. No hay dos iguales.

Sino, de todas formas, podéis dar un paseito por la ciudad.
No tengáis miedo del tráfico. Para vergüenza de los conductores zaragozanos puedo afirmar sin duda que los tailandeses son bastante más respetuosos con los ciclistas que los conductores maños.
Ahora bien, si os da apuro los 24kms ida y vuelta a las ruinas, no os podéis perder alquilar por poco más de un euro una bici y no solo visitar el yacimiento central sino aventuraros en todo el entorno.

Suh2 


En Sukhothai las pagodas y budas aparecen donde menos lo esperas. En un caminito, en mitad de un bosque, en lo alto de una colina o junto a un estanque. El mapa que facilitan a la entrada es muy útil en este sentido.
Y, de vuelta, una idea es entrar en el desvío que lleva a varios restos dirección Nueva Sukhothai y volver a la ciudad por el camino paralelo a la carretera. Búfalos, arrozales, escolares que te saludan... Una gozada.

Alojamiento: Aunque no suelo hacerlo, esta vez no puedo más que recomendar la Sabaidee Guest House. Económica, situada en un entorno plácido, casi rural y con un personal muy atento.

viernes, 29 de agosto de 2014

Archipiélago de Trang. Vida tras el tsunami

Una vez en Tailandia, la cantidad de islas es tal, así como de toda suerte de resorts turísticos con playa, buceo, animalillos diversos, todo tipo de bebercios y de drogas no tan legales que resulta difícil elegir.
Si me he de quedar con uno de los numerosos archipiélagos, en cuanto a tener un mínimo trato con población local y no solo con otros turistas, sin duda estas son las islas de Trang.
Estas islas son parte de la Tailandia musulmana, la zona sur del país, que se acerca a Malasia, habla otras lenguas y tiene otras peculiaridades étnicas.
Dentro del archipiélago de Trang se puede bucear, practicar snorkeling, ir en piragua o simplemente vegetar tomando una cerveza, como en cualquier otra zona de playa en Tailandia, pero tiene la ventaja de poder hospedarse en alguna casa de los lugareños, por lo regular bastante amables, y conocer de lo que se vive aquí, que es la pesca, la agricultura y ganadería de subsistencia y, sobre todo, el comercio del caucho.

Una alternativa interesante en Koh Muk es conocer todo el proceso de producción del caucho y primer procesado del mismo. Es mucho más artesanal de lo que nos podemos imaginar e incluye recogerlo de los vasitos, cocerlo y quitarle el agua manualmente (Más bien pisándolo) y luego secarlo para su venta.


Proceso del caucho. Faena de mujeres.

También podemos encontrarnos con los Moken o gitanos del mar, que son un grupo étnico austronesio seminómada que solo se encuentra en el mar de Andaman y que tienen una lengua aislada que no se parece a ninguna otra. Están también asentados en islas como Phuket pero es más fácil verlos en su medio en la zona de Trang. Aunque son amables no les gustan las fotos.
En Koh Muk, por supuesto, no nos podemos perder una sesión de remo hasta la conocida Cueva Esmeralda, un ojo de agua aislado, similar a los cenotes mexicanos, al que sólo se accede por un pasadizo de 80ms completamente a oscuras.





La Cueva Esmeralda

Y otra estupenda alternativa en Trang es la isla de Koh Sukorn, de talante mucho más conservador (La gente es muy religiosa) y acceso más complicado es un rincón de paz que no se puede uno perder, con la alternativa de disponer de alojamiento en viviendas locales, con desayuno y, si se quiere, comida y cena, aunque las dificultades de entendimiento y las probabilidades de terminar comiendo picantes infernales, son muchas.


 Ko Sukorn, recogiendo cocos





Todo ello sin desperdiciar la oportunidad de ver a una de las tres únicas especies de sirénidos que existen: el dugongo, en gravísimo peligro de extinción y que se encuentra en el Parque Nacional que comprende varias de las islas de Trang.
Siendo sincero, yo no vi ninguno y no debe ser fácil, sobre todo por sus hábitos nocturnos.


Transporte: Lo más recomendable para llegar o salir de Trang es el tren. Hay dos servicios diarios desde y hacia Bangkok. Comodísimo, económico y deja en pleno centro de la ciudad.
Desde la misma puerta de la estación puedes moverte hasta cualquiera de las islas contratando el transporte hasta el muelle y el barquito (No esperéis ningun ferry de lujo)

jueves, 28 de agosto de 2014

Koh Tao. Motos y buceo

 Poco de nuevo  hay que contar sobre las estupendas playas y las islas, tanto del Golfo de Tailandia como del mar de Andaman, pero no por ello me gustaría evitar comentar algunas cosas sobre Koh Tao.
Koh Tao es una isla situada en el Mar de China Meridional, con unos 5000 habitantes reales, más una población de turistas que llega a triplicar a los habitantes y una cantidad de motos que iguala en cantidad a los lugareños.



Cielos ¡Un farang caminando! Parecían querer decir las miradas de algunos thai de Koh Tao. Todo ello porque los miles de visitantes de la isla han cogido la peligrosa costumbre (Para su integridad física y para el Medio Ambiente) de alquilar motos para recorrer la escasa distancia de carretera que cruzar los escasos 4kms que mide la vía asfaltada que cruza la isla de punta a punta. Eso cuando, en un ejercicio de cretinismo sin límite, no les da por alquilar potentes quad con los que penetran en caminos dentro del bosque tropical, donde habitan varias especies protegidas.
Por un lado, cuando hablo de peligro para la integridad fisica, hablo de un peligro real. En escasos tres días en Koh Tao escuche tres testimonios directos de accidentados con moto y vi otro más en el ferry que presumía de sus vendajes. En una competición de idiotas, con los turistas de la isla se podría hacer cola.



Por otro hablo de una presión ecológica tremenda para un verdadero paraíso natural, a la que se suma la basura por toneladas, especialmente botellas de plástico. Hay lugares donde rellenan botellas con agua tratada, especialmente en los centros de buceo, si no se encuentran, conviene preguntar. También, en mi opinión, es preferible, ya puestos, alquilar una bicicleta. Más económico y ecológico que una moto. Tampoco estará de más insistir e incluso dar la lata sobre las consecuencias del uso de motos.
Pero, bueno, no vamos a negar la maravilla que es Koh Tao, aun asi. Para los fans del buceo, recomendar sobre todo Chumphon Pinacle y para los del snorkeling practicamente toda la costa, aunque las zonas conocidas como Jardin Japonés y la Isla de los Tiburones son alucinantes.
Con la excepción de, a lo mejor, Utila (Honduras) o Cozumel (México) no creo que haya lugar donde resulte más económico sacarse el PADI y todos los demás carnets de submarinismo.
Eso sí, también se echa en falta un poco más de cuidados en el delicado coral costero y su entorno. La presión sobre el mismo resulta evidente y tiene sus consecuencias.
¡Ah! No se te olvide: la gasolina es para los débiles (el australiano en quad al que se lo dije puso una cara un poco rara)

Una ruta a pie por Koh Tao:
Cuando ya te hayas cansado de vivir bajo el agua puedes animarte a patear un poco por la isla.
En total nos llevará unas cinco horas. Es recomendable no salirse del camino puesto que hay precipicios y algunas serpientes venenosas, aunque no mortales, ni de lejos.
Se sale de Mae Hat y se sigue direccion sur hacia Jamson Bay, desde donde, atravesando los caminos que comunican entre si diferentes resorts turisticos, podremos ver diferentes bahias hasta llegar a la pequeña población de Chalok.
Hay que tener en cuenta que los caminos son muy empinados y es conveniente llevar buena provisión de agua y buen calzado. Nos cruzaremos con búfalos de agua pastando y aves de muchos tipos.
Tras la bahía de Aow Leuk se llega al punto final del recorrido, en Tanote, desde donde deberemos preguntar como llegar al Two Wiew Point, por un camino que pasa junto al depósito de agua de la isla, que, cruzando por un punto especialmente elevado y despejado, nos llevará de nuevo a Mae Hat.
En el trayecto podemos ver montones de ardillas, escuchar monos, aves de numerosas especies y mariposas. Sudaremos de lo lindo y demostraremos que los farang también caminan.


miércoles, 27 de agosto de 2014

Bangkok: Museos que dan repelús


Es poco lo que se pueda contar de Bangkok que sorprenda, desde sus aspectos más turisticos, como los alrededores del rio Chao Phraya, sus templos, el palacio real con su templo del Buda Esmeralda...
Se puede comprar de todo, se puede hacer negocios, se puede meditar, se puede aprender cocina, se puede pasear hasta caer desfallecido o, mucho peor, comprar personas, mediante la abundante oferta de prostitución de la ciudad.
Pero, si tiene uno ocasión, puede uno hacerse su propia ruta friki de los museos de Bangkok, no muy visitados, ni tampoco recomendables si eres de estómago delicado o no te gustan las pelis de miedo, ni menos aún el cine gore.


Para empezar, dentro de ko Ratanakosin, después de ver el Palacio Real, por ejemplo, podemos acercarnos al parque de Romaninat y visitar el Museo del Correccional (Abierto lu a vi, gratis) donde un amable policía que habla cuatro palabras de inglés te abrirá las antiguas celdas de la prision de la ciudad en las que podremos ver representadas toda suerte de torturas espeluznantes, donde se muestran diferentes artilugios para arrancar uñas y machacar dedos o cepos donde se exponía al condenado al escarnio público.
Impresiona comprobar que, aunque la práctica de las más atroces torturas se abolieron a principios del siglo XX, muchas de estas prácticas estaban vigentes y toleradas en los cercanísimos años 80.






Por si te ha sabido a poco se puede visitar el edificio donde se muestran artilugios igual de antipáticos que los del correccional, con el añadido de cosas tan peculiares como el esqueleto de un verdugo donado al museo, un tal Tío Tow, o fotos de decapitaciones, asi como una representación de las mismas en figuras de cera, espadas y hachas o métodos de fusilamiento acompañados de las armas originales.
También se muestra una camilla para aplicar la inyección letal, acompañada de un texto donde se ponderan las virtudes de este actual método de ejecución en Tailandia. Afortunadamente en los últimos diez años solo se han producido tres ejecuciones en el país.
Confío en que los lectores/as sean contrarios a la pena de muerte. Sino ya tardan en visitar este museo. Creo que cambiarán de opinión.

 Esqueleto del Tío Tow

Decapitando que es gerundio



Pero si ya pensabas que lo habias visto todo, no puedes perderte el Museo de Medicina Forense y el Museo de los Parásitos, que forman parte del complejo del hospital Siriraj (2ª planta. Abierto de lunes a sábado, entrada 50baths) en el barrio de Thonburi, junto con otros museos dedicados al arte médico.
Si en el Museo del Correccional nos muestran métodos de ejecución, en el de Medicina Forense nos muestran a los propios ejecutados disecados y metidos en urnas, cual museo de historia natural.




 Cuerpos disecados de personas ejecutadas (veáse la visita en familia de la primera foto)

También hay toda suerte de artilugios usados para asesinar (Cuchillos, cuerdas, balas y hasta un consolador) e imagenes reales de autopsias, asi como cuerpos diseccionados o partes de ellos. Lo mas chocante es ver a las familias tailandesas paseando por el museo con sus niños en brazos como si estuvieran en una especie de tétrico chiqui-park.
Especialmente  detallada y macabra era la zona destinada a malformaciones congénitas, que contrasta con la sala especialmente documentada del ingente y loable trabajo forense tras el tsunami de 2004.


 Vitrinas del Museo de Historia Forense

Junto al Museo de Historia Forense se preocupan más de los vivos y hay una sección en la que se nos advierte de los diferentes riesgos para nuestra salud: colesterol, hipertensión o tabaquismo, por poner ejemplos.
Te puedes tomar la tensión, comprobar tus latidos y aprender un poco en gráficos y viñetas bastante más amables que las anteriores salas de los horrores.

Y, tras comprobar tu estado de salud , se puede visitar el detallado Museo de los Parásitos (La entrada es conjunta) donde veremos toda suerte de enfermedades repulsivas y reproducciones gigantescas de los más temibles parásitos.
El museo, inicialmente concebido para aprender sobre seres tan indeseables, ha terminado convertido en una especie de feria de monstruos que complementa a la perfección el espacio forense. Aún así puede ser útil como advertencia de aquello de lo que se puede contagiar el turista imprudente.
En los prolijos expositores, de por sí los parásitos ya tienen un aspecto temible, sobre todo cuando ves su tamaño multiplicado por mil. Pero lo que puede revolverte las tripas son las muestras de todo tipo de quistes y tejidos infestados de parásitos conservados en formol. Sin duda la pieza "estrella" es el gigantesco escroto de un pobre hombre víctima de filariasis, aunque las fotos de otros infortunados pacientes no desmerecen el engendro.

Las filarias puede dejar tu escroto así


Una vez terminada la visita, por favor, no hay que olvidar comprar el detalle friki que te acompañe de vuelta. Bien puede valer una postal o sellar el "pasaporte" de visita a los museos. El sello del Museo Forense es un cráneo con un disparo y el de los Parásitos una cabeza de Thricoma.
Luego, si aún tienes hambre, puedes tomarte algo en la cafeteria. Los bollitos tipicos están muy bien y es muy económica.




Desplazarse: Para ir al Hospital Siriraj hay que coger el barco bus de Chao Praya Express y bajarse en Thonburi en la parada que tiene el nombre del hospital. Cerca hay varios sitios de comida con vistas al rio y un bullicioso mercado donde acuden los locales a comprar ropa sobre todo.